Julio Basulto es diplomado en nutrición humana y dietética por la Universidad de Barcelona. Ha trabajado como editor en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, órgano de difusión científica de la
Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN) y es miembro de diferentes grupos, paneles, sociedades o comités de expertos. Coautor junto a M.ª José Mateo, de
No más dieta y
Secretos de la gente sana y autor en solitario
Se me hace bola. Es, además, padre de tres hijas.
Leer a Julio Basulto es además de muy entretenido, muy útil si quieres saber un poco más de cómo va esto de alimentar a tus hijos de forma más saludable. «Se me hace Bola» va camino de convertirse ya en un clásico, como aquel «Mi niño no me come» de Carlos González o «Dormir sin Lágrimas» de Rosa Jové…de hecho, actualmente, va el primero en la lista de libros más leídos de su categoría en la Fnac…no nos extraña.
Con un lenguaje muy claro y directo, sin pelos en la lengua y con reseñas a numerosos estudios, artículos de revistas médicas y científicas especializadas, recomendaciones de la OMS y de las Autoridades Sanitarias Nacionales, Europeas e Internacionales….Julio nos demuestra que es posible proporcionar a nuestros hijos una alimentación sana si eliminamos lo superfluo y escuchamos a nuestros pequeños. No solo eso, con más de 1300 fans en facebook y con su cuenta de twitter echando humo con unos 1700 seguidores, Julio no para de aportar casi a diario información valiosísima sobre esto de «comer bien». Es un lujazo seguirle.
En Volem Crèixer estamos muy concienciados con la alimentación que queremos proporcionar a nuestros pequeños y hemos querido que Julio nos cuente en primera persona lo que sabe sobre todo esto ( y sabe mucho) y llenarle la charla con las miles de preguntas que, inevitablemente, tenemos como mamás y papás a la hora de poner el plato en la mesa. Será el próximo domingo 24 de noviembre en el Teatret de Alfara del Patriarca…y estáis todos invitados. Tenéis toda la información al respecto aquí
Antes de la charla, no hemos podido evitar hacerle ya las primeras preguntas, aquí os las dejamos, y, para todas las demás, nos vemos el día 24.
– Hola Julio, muchas gracias por atendernos. Eres encantador, no sé si te lo han dicho alguna vez, creemos que sí.
Gracias a vosotras. Lo de encantador…pues me lo dice a menudo alguien, mi mujer, que es mucho más encantadora que yo, pero muchísimas gracias de todas maneras. A mí también me parecéis vosotras encantadoras, así que genial: ¡todos encantados!
– La primera pregunta es inevitable y casi obvia….¿ Por qué a la mayoría de nuestros niños se les hace «bola » la comida?¿ No es muy raro que sea prácticamente a todos?
Buena pregunta. Sí, la verdad es que es raro, porque lo normal debería ser que disfrutaran comiendo, igual que disfrutan jugando. En realidad sometemos constantemente a los niños a presiones injustificadas. El proceso de aprendizaje, por ejemplo, que debería ser una satisfacción, se convierte para muchos niños en una tortura diaria. Supongo que por eso triunfó tanto (merecidamente) el vídeo “La educación prohibida” que ahora mismo ya lleva 8,5 millones de reproducciones.
– Te declaras admirador del pediatra Carlos González ( que escribe el prólogo de tu libro) y del pediatra Luis Ruiz ( que escribe el Epílogo)….en tu Twitter llegas a decir » Que hable Carlos y calle el hombre..»…los tres defendéis a ultranza que nunca, nunca, nunca hay que obligar a comer a un niño….y las mamás nos resistimos…¿ Pero de verdad que nunca? ¿Ni cuando no ha comido nada en todo el día? ¿ Pero no les duele la cabeza o se sienten desfallecidos si no comen en todo el día, como nos pasa a muchos adultos ? ¿ No les dará un bajón de tensión si sólo comen medio bocata de jamón y una pera ?
Sí, soy fan declarado de Carlos, de Luis y también de Rosa Jové. Son tres genios. En cuanto a tu pregunta, pues ante un niño que no ha comido en todo el día lo único que hay que hacer es preocuparse en saber por qué no ha comido. Si es a causa de una enfermedad lo que hay que hacer es tratar la enfermedad, no obligarle a comer, algo que solo generará resistencias o aversiones. Si es a causa de una excesiva presión de los padres, hay que disminuir esa presión. No debemos olvidar, por último, que el apetito de los niños se diferencia del apetito de los adultos en que el de los menores es más errático e impredecible, hay etapas en las que comen mucho y otras (en las que no tienen que crecer tanto, algo que solo su cuerpo sabe) en que comen menos.
– Si en la lactancia y en la crianza lo que casi siempre funciona de verdad es que mamá y papá sigan su instinto ¿cómo luchamos contra nuestro instinto de darle a nuestros peques una cucharadita más? ..¡yo creo que esto es genético!
No sé si es verdad que la costumbre de obligar al niño a comer por encima de su apetito es instintiva. Pero sí sé que el instinto de supervivencia de un bebé (salvo en raras excepciones, que no pasarán por alto a ninguna madre) le señala cuántas calorías tiene que tomar cada día, y cuántos litros de oxígeno debe respirar cada día. Y también sabemos que dar al niño más calorías de las que necesita puede traducirse (entre otros trastornos) en obesidad, que será muy difícil de revertir en la edad adulta.
– Vale, comprendemos que un niño en un país desarrollado es difícil que se muera de hambre, pero también puede estar siendo «mal alimentado»…porque digo yo…si mi hijo no come verduras ( por eso de la neofobia), ni carne ( y además hay que reducir su consumo), ni le gusta el pescado ( y además es que tiene mercurio…) y admite solo algo de fruta… y tengo que eliminar los alimentos con calorías vacías….entonces ¿Qué le doy a mi hijo para comer?
Hay infinidad de verduras e infinidad de maneras de prepararlas. Lo mismo con las deliciosas frutas, con las legumbres y con el resto de grupos de alimentos. En cuanto al pescado, su contenido en mercurio solo es preocupante en el atún, el pez espada y el tiburón. Sea como fuere, la cuestión es que nuestros niños están sobrenutridos, no desnutridos, como tú misma has dicho. La clave es no tener alimentos insanos en casa, predicar con el ejemplo, ofrecerle una oferta variada y apetitosa de comida sana, e intentar evitar que nuestro niño aborrezca alimentos por culpa de una insistencia desmedida. Un niño que ha comido una bolsa de ganchitos, que tiene un montón de calorías, no tendrá hambre y no comerá comida. Algo más habitual de lo que te imaginas.
– Para algunos papás y mamás es un auténtico quebradero de cabeza que su hijo solo quiera comer arroz, macarrones, tortilla y ya….días tras día…
¿Comen arroz, macarrones y tortilla?…ojalá los niños españoles comieran eso. Porque como digo, toman ingentes cantidades de alimentos superfluos. Y por eso, además de una presión injustificada a la hora de la comida, no comen bien. De todas maneras, ante un niño que de verdad (aunque me cuesta de creer) solo y exclusivamente comiera esos tres alimentos, lo que habría que hacer es servirle raciones más pequeñas de dichos alimentos (no como castigo, sino porque “no hay más, cariño”), y poner a su alcance otros grupos de alimentos saludables.
– Sigo con el tema de los alimentos con calorías vacías…de lo que más me ha gustado de tu libro es tu «Lista Basulto» de este tipo de alimentos que encuentras en tu visita al supermercado. Es una lista abrumadora. ¿ Cómo podemos defendernos de esto? ¿ Portazo al súper?
Pues siendo conscientes de ello. Lo peor es que mucha gente cree que los alimentos de dicha lista (pregunta y verás) son comida sana. Me conformaría con que la población se concienciara de que nos disfrazan alimentos insanos hasta el punto de que los confundimos con comida saludable.
– Pero…Julio, perdona que insista , es que el «cacao soluble de toda la vida» nos lo recomiendan por la tele hasta las mamás de los mejores deportistas de élite de este país como el mejor de los alimentos…
Sí, lo sé. Lo ideal es que se prohibiera esa clase de anuncios, tal y como detallé en estos dos textos sobre la publicidad de alimentos y obesidad infantil y el impacto del marketing de alimentos insanos en la salud infantil. Deberíamos recordar que cuando un alimento necesita anunciarse en la tele para que pensemos que es sano, mala señal.
– ¿Es tan malo el azúcar?
Lo malo es abusar del azúcar…algo que es la norma y no la excepción. Y no abusamos tanto del azúcar que tenemos en el azucarero, sino más bien del que anda escondido en la gran parte de los alimentos de esa lista que has comentado antes. Mi próximo libro (“Comer y correr”), que estoy acabando de escribir, junto al Dr. Juanjo Cáceres (@juanjocaceresn), incluye uno de los últimos análisis sobre el azúcar, que publicó en enero de 2012 (revista British Medical Journal) el Grupo Consultivo de Expertos de la OMS dedicado a la dieta y la salud. Dicho análisis concluyó que “la ingesta de azúcares o de bebidas azucaradas es un determinante del peso corporal”. Una revisión sistemática de la literatura científica publicada en la revista American Journal of Clinical Nutrition (octubre de 2013) observó que: “El consumo de bebidas azucaradas promueve la ganancia de peso en niños y adultos” . Cuidado, porque cuando escriben “bebidas azucaradas” no se refieren solo a los típicos refrescos de cola, de naranja o de limón, también hacen referencia a las bebidas deportivas.
– Reproduces una frase que pronunció Stephen Hawking cuando le concedieron el Príncipe de Asturias: » En una sociedad democrática , los ciudadanos necesitan tener unos conocimientos básicos de las cuestiones científicas , de modo que pueden tomar decisiones informadas y no depender únicamente de los expertos» Desde hace tiempo pienso que una mamá tiene que ser un poco ginecóloga, matrona y asesora de lactancia si quiere establecer de manera exitosa la lactancia materna de su hijo tras el parto, un poco pediatra para decir NO a los suplementos , no agobiarse con el peso del bebé y no atender a los consejos erróneos sobre la introducción de la alimentación complementaria y un poco nutricionista para conseguir una alimentación que de verdad sea equilibrada para sus hijos….¿no es demasiado?
Efectivamente, es demasiado. En realidad el objetivo fundamental de mis libros es formar a los profesionales sanitarios. El lenguaje es accesible a todo el mundo, como sabes (o eso intento) pero te aseguro que los escribo pensando en dar herramientas sólidas a quienes luego van a tener nuestra salud en sus manos.
– Por cierto, ya que hemos sacado el tema. Tu defensa de la lactancia materna en el libro es directa, clara, contundente, sin tapujos, das en el clavo. ¿ Por qué una persona puede ser pediatra en este país sin conocer nada sobre lactancia materna?
Es deprimente. Tan absurdo como un profesor que se vanagloria de que no le gustan los niños (y los hay). El propio Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría reconoce que “la formación de los profesionales sanitarios es inadecuada e incompleta”, como puedes comprobar aquí. No sé la solución, desde luego, es un tema complejo, pero sí sé que deberían tomarse medidas serias para prohibir la publicidad (directa o encubierta) de fórmulas infantiles. Sería un paso importante.
– ¿Qué piensas de la macrobiótica para niños? ¿es segura?
Hay diversos grados en la macrobiótica y dependiendo del grado será más o menos segura, como expliqué en mi libro “No más dieta”. La base de la macrobiótica, en cualquier caso, no tiene sentido alguno. La división de alimentos en yin y yang es arbitraria y un sinsentido se mire como se mire. El principal fallo de la macrobiótica moderna (que huye de los antiguos postulados que consideraban lo ideal una dieta a base de arroz integral y nada más –algo que mató a mucha gente-) es la promoción injustificada del consumo de algas, algo peligroso para nuestra glándula tiroides (más todavía para la de los niños), como puedes comprobar en este texto que redacté hace poco junto al periodista Antonio Ortí.
– Hay una frase de tu libro que me encanta: » No escribo para caerte bien, sino para mejorar la salud pública»…¿ A quién le puedes caer mal ( como nutricionista digo, claro) escribiendo este fantástico libro?
Muchas gracias por lo de “fantástico”. En cuanto a quién puedo caerle mal, pues a muchísima gente. Repasemos esta entrevista y verás: a los macrobióticos, a los naturistas que creen que las algas son sanadoras, a los vendedores de leches artificiales, a los pediatras que piensan que las madres que dan el pecho más allá de un año son unas extremistas, a los publicistas que nos quieren convencer que las bebidas azucaradas nos acercan a la felicidad…etcétera y más etcétera. Pero si llegamos al principio de la entrevista verás que os caigo bien a vosotras (por eso me habéis invitado, cosa que agradezco enormemente) y a mi mujer. También a mis niñas y a unos cuantos amigos. Además, trabajo en lo que me gusta e intento mejorar la salud de la población. ¿Qué más se puede pedir?
– Bueno Julio, seguiría preguntándote sin límites, pero lo dejamos aquí. Seguimos hablando el 24 de noviembre . Será todo un placer escucharte.
El placer ha sido mío. Gracias de nuevo por todo y un abrazo.
Entrevista realizada por Lorena Moncholi, socia de Volem Créixer.
39.546580
-0.385430